Semana 3: 19-23 de febrero


         Esta semana la he pasado en la clase de 2ºA. El profesor de esta aula es un conocido mío y me hizo mucha ilusión poder compartir con él una semana de prácticas. Este chico da las clases como si fuera un hermano mayor. Los niños le adoran y le hacen caso en todo lo que les pide. Esto demuestra que un trato más humano y cercano funciona.

      Entre los niños, hay una pareja de mellizos que presentan, ambos, un grado leve-medio de autismo. La niña, es capaz de seguir las clases y aunque denota un leve retraso en el aprendizaje, en el centro saben sobrellevarlo. El problema lo tiene el chico, que es incapaz de seguir las clases y su retraso en el aprendizaje es muy severo. Acude a una PT todos los días al menos una hora.

Esta clase ha supuesto un reto para mí, por un motivo. El jueves de esta semana, el tutor tuvo que faltar y dejó tareas y directrices para que, los profesores sustitutos las llevaran a cabo. Aun así, yo tuve que coger las riendas de la clase. Cuando el niño que presenta autismo, llegó a su límite, comenzó a realizar ecolalias y movimientos descontrolados. Me asusté ya que nunca me había encontrado con algo así y coincidió con un momento en el que solo me encontraba yo en el aula con los niños. Me senté junto a él y conseguí que se calmara. Le quité la tarea y se la guardé en su mochila. Después de esto, le insté a que sacara la plastilina y acto seguido, se puso a moldear animalitos y monigotes. Aunque estuvo una hora jugando, conseguí que se calmara, que volviera su sonrisa y que, al terminar la clase, me dijera en repetidas ocasiones, que me quería y que quería que fuera su profesor. Al día siguiente, no acudió a clase.

Se han llevado a cabo unas actividades de ingles inmersivo, a cargo de los alumnos de Bachillerato, donde realizaban teatros, talleres de ciencia, etc.





La semana terminó sin mas percances y con las gracias del tutor que supo lo que había pasado.

Enfrentarse a estas situaciones, que son nuevas para ti, es muy difícil. Lo mejor es actuar con la lógica y teniendo la cabeza bien fría. Se cree que la educación es fácil, que los maestros se toman todo a la ligera, que no tienen mas responsabilidad que dar el temario asignado… no es así. Ahora lo veo y aseguro a cualquiera que se digne a decir eso, que esta profesión es de vital importancia para el desarrollo de los alumnos. Que nos enfrentamos día a día a problemas nuevos y que no todos hemos nacido para ello.

Pese a todo, esta semana a sido muy gratificante. He crecido como persona y como maestro y por fin, he podido enfrentarme a un reto de verdad.

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