Semana 1: Días 8 y 9 de febrero.
Esta semana he empezado las practicas. He vuelto al mismo centro y a la
misma clase que el año anterior (6ºA). Los niños se han puesto como locos al
verme y eso ha provocado que suelte alguna que otra lagrima. Durante estos dos
días no he hecho gran cosa, salvo ayudar a los pequeños en lo que necesitaban,
atender a como la tutora da las clases y, hablando en plata, agobiarme con la
idea de tener que dar clase yo mismo. Soy bastante vergonzoso y los niños de
esta clase ya son pre-adolescentes, se ríen de mi tartamudez y a penas me hacen
caso cuando les pido que hagan algo o que se mantengan en silencio.
Sin duda alguna, los niños de sexto de primaria ya no son críos. Se están
desarrollando tanto física como mentalmente. Empiezan a desobedecer y
comportarse de manera impertinente. Los temas que antes eran tabú, como los
ligues o el fumar, ahora son recurrentes y desde mi punto de vista, es la edad
perfecta para educarles en este tipo de temas que el futuro serán su pan de
cada día. He elegido tratarles como a iguales, para poder acercarme a ellos en
esos ámbitos, aunque algo me dice que esto me costará caro.
Aun
así, espero que sepan abrirse a mi y de esta forma todo me será más fácil.
Estos dos días han transcurrido con normalidad, sin percances ni temas
importantes a tratar.
Su clase vuelve a ser la misma que el año pasado, con otra disposición:
Yo también soy bastante vergonzoso ¿Algún consejo para vencerla? Me cuesta imponerme, mandarles callar y claro, no todo es mandar callar. También ser cariñoso y hablar con ellos
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